Por David Martínez Menayo
El pasado mes de febrero vivíamos un nuevo
capítulo de la terrible coyuntura en la que nos encontramos. Este es solamente
un nuevo y doloroso episodio en una larga cadena que sigue a las dificultades
serias que sufren medios como el grupo PRISA, Intereconomía que despedirá a
casi el 30 por ciento de su plantilla próximamente, según diferentes fuentes
periodísticas, o los conflictos internos para sobrevivir que se suceden en ABC y por consiguiente en el grupo Vocento.
El diario Público, nacido en 2007, no volverá a los kioscos, después de
que la empresa editora, Mediapubli, haya decidido cerrar su edición en papel
tras fracasar en la búsqueda de nuevos inversores. Sea de la línea editorial
que sea, y todo lo radical que quiera ser tanto un medio como sus seguidores,
desde Público, hasta Intereconomía o Libertad Digital, constituye
una grave pérdida el que se
apague una voz en el espectro de la libertad de expresión, amén del drama humano que el cierre de una empresa
supone.
La empresa anunció el viernes 24 de febrero que, ante la imposibilidad de resolver la
situación de concurso de acreedores en la que estaba inmerso el periódico, el
último día en que se publicaría sería, como máximo, el domingo 26 de febrero, y que mantendría su vida en la Web.
Sin embargo, los 160 trabajadores de la cabecera
celebraron una asamblea en la que han decidido por
abrumadora mayoría no sacar a la luz ninguna nueva edición del diario.
En la misma, el comité ha explicado que
solicitará a la empresa que reconozca a los trabajadores las mismas condiciones
que concedió el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) abierto hace unos
meses, el cual indemnizaba los despidos con 35, 40 o 45 días, en función del
salario, según fuentes de los trabajadores.
En cuanto a la Web,
la propiedad de Público y sus administradores concursales todavía deben
estudiar la viabilidad del diario en internet y cuántos de sus trabajadores
podrían seguir empleados para desarrollar una labor que requerirá más de los
doce empleos que actualmente la sostienen, según fuentes de la editora.
Mediapubli, que abrió un ERE en septiembre de 2011, declaró el pasado 3 de
enero concurso de acreedores y, una vez transcurrido el plazo que se dio para
lograr encontrar nuevos inversores, ha solicitado, en común acuerdo con los
administradores concursales, el cese parcial de la actividad.
La Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) se ha
solidarizado con los trabajadores y ha señalado que se añade otro capítulo
negro a la crisis sin precedentes que atraviesa el sector de la prensa en
España, que ha perdido unos 5.000 empleos desde noviembre de 2008, según datos
de esta organización.
Como ella, la Asociación
de Editores de Diarios Españoles (AEDE) y el Sindicato de Periodistas han
lamentado el cierre.
Políticos como el secretario
general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, el ministro de Educación, José
Ignacio Wert, el vicesecretario de Estudios y Programas del PP, Esteban
González Pons, o el líder de IU, Cayo Lara, han manifestado su pesar por el
cierre.
Asimismo, multitud de periodistas y de lectores, muchos
de ellos a través de la red social twitter, en la que el asunto ha sido uno de
los temas del día, han expresado su apoyo al diario y sus trabajadores.
El propio director del diario,
Jesús Maraña, ha dado las gracias "de corazón por tanto apoyo" y ha
pedido disculpas por no poder responder a todas las muestras de cariño.
Público salió a los kioscos como un diario nacional "fácil de comprar y de
leer" en septiembre de 2007, con 250.000 ejemplares de tirada "a todo
color" y una línea editorial progresista.
El diario, cuyo accionista más destacado es el productor y empresario Jaume
Roures, ha sido impreso el viernes 24 de febrero del presente año, 2012, por último día.