Por Noelia María Mejías Cuenca
La crisis económica y financiera global que padecemos en la actualidad parece
asolar con todo lo que encuentra a su paso.
En
el mundo laboral, pocas son las profesiones que no les afecta la crisis y se
encuentran en su mejor momento.
Recientemente,
los medios se hacían eco del ranking anual del portal de empleo estadounidense CareerCast. Éste situaba en primer lugar
la profesión de ingeniero de software frente a una de las peores profesiones de
la actualidad, la de periodista.
Y
es que, la profesión periodística viene aquejándose desde hace mucho. A la
actual crisis económica se le une la crisis que ya sufría el periodismo. La
modernización y la incorporación de nuevas tecnologías ha traído numerosas
ventajas que nadie cuestiona. Incluso el sector informativo, se ha visto
beneficiado a la hora de transmitir una noticia en cuanto a inmediatez a la
hora de hacerla llegar al público.
Pero
también el acceso a Internet ha empeorado la situación de un sector del periodismo
especialmente, el de la prensa escrita. Las ventas de los periódicos han
descendido notablemente en los últimos años. El acceso a Internet y la
posibilidad de estar informado a través de dicho canal ha provocado el descenso
progresivo de las ventas de los ejemplares en papel de los principales
periódicos. En la actualidad es extraño ver gran cantidad de ejemplares en los
quioscos a disposición de los clientes.
El
intrusismo es otro de los problemas con los que la profesión periodística
aumenta su precariedad. Solamente hay que encender la televisión y comprobar
que la mayoría de las personas denominados ‘comentaristas’ o ‘contertulios’ no
sólo no tienen el título de periodista sino que muchos de ellos no tienen ni
los estudios primarios. Estas personas ocupan y desempeñan las funciones
propias de un periodista.
Además
cobran un sueldo muy por encima de lo que cobraría un periodista. Estas
situaciones se dan sobre todo en el mundo televisivo. El bajo sueldo de los
periodistas crea en la profesión una precariedad y una inestabilidad difícil de
sobrellevar. Las empresas de los medios de comunicación tienen gran parte de
culpa en ello.
Y
es que la mayoría de los medios de comunicación pertenecen a grandes grupos
empresariales cuyo objetivo principal es el beneficio económico. Esta situación
unida al contexto actual de crisis económica que atraviesa España desde 2008, es
lo que provoca que a la crisis que ya padecía el sector periodístico, se le
añada una nueva crisis.
El
cierre de medios de comunicación parece ser la tónica habitual de las empresas
en los últimos años. La crisis económica provoca que ante la falta y la
reducción de la principal fuente de financiación de los medios, la publicidad,
muchos medios cierren por falta de financiación. La pérdida de puestos de
profesionales del periodismo por tanto,
es enorme. Desde que comenzó la crisis en 2008, 6.000 periodistas han perdido
su trabajo. Tan sólo en el primer trimestre del presente año 2012, 1.300
profesionales han sido despedidos.
Otras
de las consecuencias de la actual crisis económica es la menor contratación de
profesionales en las empresas. La ausencia de periodistas por despidos masivos
provoca a su vez que en lugar de trabajadores fijos, los becarios con contratos
basura (a veces incluso sin ellos) sean los que producen y trabajan la
información.
El
cúmulo de circunstancias y la situación actual de España, deriva en una
precariedad laboral en la profesión periodística inmensa. Precariedad que se ha
de atajar incluso desde la formación académica que reciben estos profesionales.
Quizás el enfoque de estos estudios no esté bien dirigido hacia la demanda real
del mercado laboral. En períodos de depresión económica como el actual, sería más
recomendable replantearse todas estas cuestiones antes que hacer oídos sordos y
continuar alimentando el sistema.
Noelia María Mejías Cuenca
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