martes, 29 de mayo de 2012

“No quiero excusas, quiero resultados”. ¿Y si no hay?
Por Salvador Belizón Campaña

Hablar del éxito en el periodismo actual es como hablar del maná. De la Tierra Prometida. De los amigos invisibles. De los billetes de quinientos euros. Es hablar de algo que se dice que está ahí, que debe existir, que todos presuponen…pero que no está. Por un motivo u otro.

¿Cabe acaso hablar de éxito en un panorama donde el periodismo es considerado la peor profesión del mundo? Nuestros “vecinos” del otro lado del charco, los americanos, así lo confirman en diversas encuestas. Todos sabemos que lo que digan los hijos del dólar va a misa. Por lo tanto, será verdad. Lo que sí es una realidad es el panorama que se está viviendo para los profesionales de “la pluma y el papel”. Insertando los términos “situación del periodismo” en el buscador Google, nos podemos hacer una idea de cuan grave es la situación. Se disparan noticias sobre la negativa situación periodística, manifestaciones, periodistas que afirman que en torno al 70% de los profesionales están a disgusto….Todo ello en la primera página y sin citar otras como que la opinión popular es la de la profesión más sacrificada y peor remunerada. Para alguien que ama su trabajo no debe ser un sacrificio el ejercer la profesión, pero que se paga poco a los trabajadores es tan real como lo son estas líneas.

Opinión pública, salarios bajos. Hay trabajos donde se cobra poco que están muy mal vistos, no debe levantarnos pues pena los periodistas. Si eso fuera todo, el periodismo viviría una segunda etapa de oro, y todo sería vítores y confeti. Pero la realidad es totalmente distinta, y el fracaso ahonda aún más sus raíces.
El sector de la construcción se ha visto gravemente dañado por la crisis. Nadie se alegra de ello, pero es una consecuencia lógica: si no dejas de cavar un hoyo y no sales, llegará el día en el que no puedas salir. Lo que no es comprensible es que se eche tierra en el hoyo del vecino. Así, la crisis ha afectado de una manera bestial al sector informativo desde el 2008. Más de 6000 empleados a la calle, al desamparo de trabajar durante media vida en su puesto de trabajo y verse ahora sin nada. Los medios han ido cerrándose y cayendo uno tras otro. Por citar algunos ejemplos, La Voz de Jerez, ADN o CNN+. La situación siempre puede ir a peor, así que no vamos a quejarnos. Pero de continuar esta destrucción, no quedará títere con cabeza. De esta no se libra ni el apuntador.

Con semejante panorama en las empresas informativas, ¿cabe hablar de éxito? Si entendemos que el impulso del periodismo digital y algunos medios locales es un triunfo, adelante. Frente a esas pequeñas invitaciones a la felicidad, nos topamos con cierre de medios, empleados despedidos, disminución del número de lectores.

No, definitivamente no puede hablarse ahora mismo de éxitos en la empresa informativa. Cuando está cayendo granizo no puede salir el sol.

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