jueves, 24 de mayo de 2012

La imagen de los medios en los medios, o al margen mejor dicho

Por David Martínez Menayo 


En los medios de comunicación  se habla poco de los medios, valga la redundancia. Esa es una reflexión casi indiscutible si nos fijamos en las páginas de los diarios, o si nos acercamos por ejemplo a un telediario de cualquier cadena de televisión, o informativo de radio. Además, si se habla de otro medio, muchas veces es para alegrarse de sus desgracias.
 Las empresas mediáticas están atravesando por  duros momentos, como hemos visto ya en numerosas entradas en esta y otras bitácoras, pero el periodismo sigue desunido totalmente, sin  visos de que la situación vaya a cambiar, al menos a mejor próximamente. En los medios de comunicación aparecen reflejadas las reivindicaciones de muchísimos colectivos de trabajadores: taxistas, camioneros, profesores, sanitarios, y así un largo etcétera fomentado por la coyuntura económica y social que estamos viviendo. ¿Quién se hace eco en cambio de las reivindicaciones de los periodistas? La respuesta debería ser que los propios periodistas, pero desgraciadamente no es así. Salvo que suceda algún hecho de suma relevancia, como el cierre de un medio, un importante ERE en grandes empresas, o alguna reforma o fusión en algún medio,  no se recogen casi nunca las duras cifras de desempleo de la profesión, las condiciones precarias en las que trabajan muchos profesionales, las denuncias por trato vejatorio por parte de muchas personas que tienen que sufrir realizando su trabajo los periodistas de a pie. El único motivo para la esperanza lo encontramos en diarios nuevos de internet y confidenciales que comienzan a hacerse eco de este tipo de informaciones, recogidas en una sección que cada vez prolifera con mayor fuerza y que se da en llamar Comunicación.
 EN el ámbito de la ficción, nos encontramos con películas de obligado visionado por parte de quien quiera dedicarse de verdad al periodismo. Este es el caso de Primera plana, estrenada en España en 1975. Se recogen los  quehaceres  periodísticos de la época adecuadamente. Series como por ejemplo periodistas, muestran una imagen del periodismo muy estereotipadas, pero no deja de ser una oportunidad para que la gente se fije y se acuerde de que detrás de cada telediario, detrás de cada programa o detrás de cada revista que adquieren en un kiosco, hay muchísima gente trabajando y velando para que salga un producto lo mejor posible. Lo que está claro es que quien no llora no mama, y que no podemos pedir el cariño o la comprensión y valoración de la gente si en muchos casos nos odiamos entre nosotros mismos.

David Martínez Menayo

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