miércoles, 30 de mayo de 2012

Para ser periodista


Por Noelia María Mejías Cuenca

Actualmente en España para ser periodista titulado es necesario estudiar un Grado en Periodismo de una duración de cuatro años. De las facultades de toda España cada curso salen al mundo laboral muchísimos periodistas, pero… ¿todos encuentran trabajo? ¿tienen hueco los jóvenes periodistas donde trabajar? ¿las personas que vemos en los distintos medios son realmente periodistas?
A nadie se le escapa que la profesión periodística se aqueja de numerosos problemas. Uno de ellos es el intrusismo laboral que existe en esta profesión. Cualquier persona que más o menos siga los medios de comunicación y esté al día en cuanto a actualidad, puede comprobar cómo muchas de las personas que están desempeñando una labor como periodistas, no lo son.

Si hay un medio de comunicación donde este hecho es aún más evidente que en ningún otro es la televisión. La televisión es un medio donde es necesario llamar la atención para captar a la audiencia. Desgraciadamente, la necesidad de llamar la atención de la audiencia hace que las cadenas opten por todo tipo de artificios y ‘shows’. No es extraño así, que proliferen en las televisiones de España programas de una calidad tan baja como Sálvame, Mujeres, hombre y viceversa, El programa de Ana Rosa… La mayoría de las personas que participan en estos programas no son periodistas. Quedan encubierto bajo el bonito término de colaboradores o contertulios. Pero la realidad es que están ocupando un puesto correspondiente a un periodista profesional.

Bien es cierto que en muchas ocasiones estos programas sólo tratan temas de prensa rosa. En España hay periodistas profesionales muy buenos que se especializan en dicho tema por lo que no es necesario recurrir a personas que nada tienen que ver con el mundo del periodismo. Aunque para las cadenas es mucho más rentable que Belén Esteban comente la vida de otro famoso y de la manera en la que lo hace a que la comente un periodista profesional.
El espectáculo es el espectáculo y las cadenas lo requieren para así ganar la guerra de audiencias. Si es necesario desprestigiar a una profesión como es la de periodista, se desprestigia. Poco halagüeño es el panorama actual para los jóvenes periodistas y es que, ¿todo vale con tal de ganar audiencia? 

Noelia María Mejías Cuenca

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